Capítulo 65
Por un instante, Viviana olvidó dónde estaba y gritó furiosa al auricular: —¡Adolfo, eres tan repugnante que hasta con una vendedora te acuestas...!
Al otro lado de la línea se hizo un silencio absoluto.
La vendedora, presa del pánico, casi rompe a llorar: —Señora Viviana, déjeme explicarle, por favor...
Viviana, fuera de sí, levantó el celular y se lo lanzó con todas sus fuerzas al rostro.
La mujer, sin esperarlo, soltó un alarido de dolor mientras se cubría la nariz: —¡Ayúdenme! ¡Llamen a emergencias, me ha roto la nariz!
Nadie se atrevía a acercarse. Viviana estaba completamente fuera de control.
Saltó sobre la vendedora, la sujetó del cabello y empezó a abofetearla con fuerza en ambas mejillas.
El sonido de los golpes resonó con una claridad escalofriante.
En cuestión de segundos, la vendedora sangraba por la boca y la nariz.
Sintiendo su vida en peligro, decidió contraatacar, y en un abrir y cerrar de ojos ambas mujeres se enzarzaron en una pelea brutal.
El espectáculo atrajo aún

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