Capítulo 51

El largo flequillo de Diana bloqueó el brillo cínico en sus ojos. “No te preocupes. No lastimaré a tu amada y tampoco la veré”. ‘Una vez que tenga el dinero, sacaré al bebé de esta miseria de lugar para siempre’, pensó Diana. ¿Cuál era el punto de ser humillada una y otra vez? Julian tragó saliva por su garganta contraída mientras la miraba fijamente alejándose y sintió que su corazón se apretaba con fuerza. Incluso él no se dio cuenta de que su rostro se había vuelto pálido y que su respiración era temblorosa. “¡Diana! ¿Adónde vas?”. Diana no le respondió y no se volteó. Ella simplemente caminó en silencio, hasta llegar a la entrada principal de la villa. En ese momento, Julian no se atrevió a perseguirla. “Señor”. Noel notó que algo andaba mal en la expresión de Julian y trató de desviar su atención. “Recibimos un paquete a nombre de la señora. ¿Quiere ir a echar un vistazo?”. Julian volvió a la realidad y dijo con cansancio: “Continúa haciendo que alguien vigile a D