Capítulo 12
Camila sostenía un tenedor en una mano, mientras que la otra permanecía en el aire en forma de cuenco.
Parecía estar estupefacta también y dijo: —Brenda, si odias a Julia, dilo de una vez por todas. No hace falta vengarte tan fuerte, ¿y encima de todo desperdiciar casi una taza entera de fideos instantáneos?
En ese momento, el rostro de Brenda estaba lleno de pánico y tensión. —¡Estás diciendo tonterías! ¡Camila, lo hiciste a propósito!
Su negocio dependía en su totalidad de la familia Gutiérrez; no podía permitirse enemistarse con Julia.
Se apresuró a quitarle la taza de fideos a Julia y, al verla cubierta de suciedad de la cabeza a los pies, se desesperó, incapaz de reaccionar con eficacia.
—Julia, primero te llevaré al baño para que te limpies un poco.
La mano de Julia a su lado se cerró en un puño hasta temblar, y gritó enloquecida: —¡Brenda Herrera!
Brenda palideció de miedo. —¡No fue a propósito, fue Camila! ¡Ella puso los fideos justo frente a mí, de verdad que no lo hice a prop

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