Capítulo 117

Pero él normalmente es muy considerado conmigo, y teniendo en cuenta su carácter íntegro de militar, no trataría a Sofía de manera diferente. Reflexionando sobre esto, decidí esperar veinte minutos antes de dirigirme a la habitación de Adrián. Él me había pedido que esperara diez minutos antes de visitarlo, probablemente porque necesitaba asearse y cambiarse. Como esperaba, Adrián, quien me recibió, aún tenía el cabello húmedo y vestía ropa mucho más holgada, incluyendo unas pantuflas del hotel. —Entra —fue lo único que dijo. En cuanto entré, noté que su portátil estaba abierto. Me acerqué y sin rodeos entré en materia: —¿Qué nuevo problema tenemos ahora? —Está en los documentos en el escritorio, ábrelo y mira —Adrián hablaba justo cuando el agua que había puesto a hervir empezó a hacerlo. Me senté y activé el portátil, esperando encontrar un escritorio ordenado, conforme a su carácter, pero me equivoqué; estaba lleno de documentos. Afortunadamente, no sufro de claustrofobia, porque de