Capítulo 183

A ella le gustan las chicas generosas, como dice, de apariencia delicada y suave; su carácter y actitud no son muy diferentes. Aunque no se debe juzgar por las apariencias, María ha tenido mucha experiencia en la vida, y lo que dice tiene su razón. —No puedo ayudarte —le respondí de manera directa. —¿Por qué? —Laura se mostró algo alarmada. Presioné mis labios. —María es muy firme en sus opiniones; no es fácil influir en su pensamiento. —Pero ella te quiere; al menos escuchará lo que dices —dijo Laura, bajando la mirada y mostrándose vulnerable—. Sabes cómo estoy; sin Alex, no sé cómo vivir. Su esposo murió y no le preocupaba, pero ahora estaba angustiada por Alejandro. Me dieron ganas de reír. —Si sabes que María me quiere, deberías entender que no puede aceptarte —porque soy la esposa del hijo que María eligió; ella no aceptaría a nadie más. Laura se quedó callada. —Señorita Laura, la felicidad que deseas debes luchar por ella, no esperar que otros lo hagan por ti —dije, levantándom