Capítulo 243

Su rostro mostraba una sonrisa indulgente y resignada: —Ya lo habías hecho antes; tienes antecedentes. Yo: ... Mis mejillas se sonrojaron nuevamente, y también sentí algo de molestia. Este hombre, realmente, si él lo sabe, ¿por qué tiene que señalarlo explícitamente? ¡Qué bajo es su cociente emocional! —Carmi. —Adrián me llamó con voz suave: —Eras tan audaz al hacer travesuras y tan tímida después; no has cambiado nada desde que eras pequeña. Justo cuando iba a replicar, algo me hizo detenerme. ¿Hacer travesuras? Anoche, cuando abrí la puerta en pijama, él no lo tomó como un accidente, sino que se dio cuenta de que lo hice a propósito. ¿Sabía que era intencional? ¡Dios mío! Esto es realmente vergonzoso. Casi destruyo las llaves del coche con mis uñas; ya enfadada, me planté firme para contestarle: —¿Quién dices que hace travesuras? Claramente fuiste tú, eres tú... ah... Mi protesta fue interrumpida cuando Adrián, ligeramente inclinado hacia adelante, me besó. No sé si fue porq