Capítulo 35
Al escuchar la voz, tiré el teléfono.—Listo.
Dicho esto, me quité los zapatos, me puse las pantuflas y abrí la puerta. Lo primero que vi fue a Adrián en el patio, llenando agua.
Había varios cubos blancos alineados, y en poco tiempo se llenaron. Él los levantó, y hasta a través de la ropa se notaba la musculatura de sus hombros.
De verdad, músculo y fuerza en perfecta armonía.
—¿Por qué estás llenando tanta agua? ¿Se va a cortar el suministro?—Me acerqué y pregunté.
La abuela me miró las pantuflas con disgusto y me lanzó una mirada desaprobatoria.
Adrián no respondió. Fue la abuela quien lo hizo:—Por si acaso cortan el agua.
Luego le dio una palmada a Adrián.—Esta noche les voy a hacer una sopa de mariscos. Vayan a comprar un par de pescados, deben ser salvajes, y también compren cebollas y tomates.
Esto no era solo para que fuéramos a comprar cosas; claramente quería que saliéramos a conversar.
Aunque, la verdad, ir con estas pantuflas no era lo más adecuado, pero tampoco sería apropi

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda