Capítulo 397
Y tengo mis dudas sobre el accidente de coche de mis padres.
—No—, negó José, —No pienses mal... Solo creo que deberías concentrarte... en el trabajo, en tu futuro con Adrián.
La voz de José se tornaba cada vez más débil, una enfermera se acercó para interrumpirlo, pero un gesto suyo la detuvo y ella solo pudo decir: —Un minuto más.
Conozco la gravedad de la situación de José, y aunque estoy ansiosa por entender, su salud es lo primero. —Señor José, podemos hablar en otro momento, descanse ahora.
Pero él apretó mi mano con firmeza y no la soltaba, —Carmi, prométemelo.
Las palabras de José me hicieron sospechar aún más sobre el accidente de mis padres, debido a su insistencia.
Sé que no tiene intención de hablar más y que insistir es inútil.
En estas circunstancias, solo puedo tranquilizarlo, —Está bien, lo prometo.
La preocupación en los ojos de José se calmó, pero no soltó mi mano, —Carmi, debes mirar hacia adelante, recuerda mis palabras.
Le había dicho lo mismo a Braulio recienteme

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