Capítulo 355
Mónica apretó los dientes, negándose rotundamente a admitirlo:—Solo estoy trabajando, no te hagas ideas.
Probablemente Braulio cerró la puerta accidentalmente.
Sara miró a Braulio y, con solo un vistazo, no pudo evitar murmurar:—Con solo verlo, ya sé que no tiene buenas intenciones.
Seguro está tramando algo.
No es que quisiera ser entrometida.
Pero sentía que la actitud de Mónica había cambiado demasiado respecto a antes. La impresión que le daba era que parecía estar siendo amenazada por Braulio.
Se acercó a Mónica y le dijo:—Solo me preocupa que estés bien.
Mónica, con la cara sonrojada, respondió:—Estoy bien.
Sara, al ver que Mónica tenía el cabello desordenado, extendió la mano para ayudarla a arreglarlo. Mientras le pasaba la mano suavemente por el cabello, de repente notó algo pegajoso en su mano.
Frunció el ceño, la acercó a su nariz y la olió:—¿Qué es eso en tu cabeza? ¿Te echaste crema hidratante en el cabello? Pero este olor no está bien.
Tiene un toque a hierro.
Mónica, al

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