Capítulo 389
René maldijo:—El cielo no se ha caído, no va a morir nadie, ¡habla despacio!
Un hombre de mediana edad gritó:—¡Salvador está en problemas! ¡Lo han golpeado hasta dejarlo con la cabeza hecha un desastre!
¿Qué?
René se tambaleó un poco, estuvo a punto de caer, pero al estabilizarse, estalló en furia:—¿Está bien mi nieto?
¿No corre peligro de muerte?
El hombre de mediana edad rápidamente negó con la cabeza:—No corre peligro de muerte, pero... las heridas son graves, no puede salir de la cama por ahora.
La cara de René se distorsionó, la furia en él aumentaba a cada segundo, y rugió:—¿Tan graves son las heridas?
¡Mi nieto siempre ha sido tan delicado que ni una picadura de mosquito le aguanta!
¿Quién fue el que lo golpeó así? ¿Quién se atreve a tocar a mi nieto?
¿Quién está buscando la muerte, atreviéndose a tocar a mi nieto?
¿¡Quién!?
El hombre de mediana edad, al ver al anciano tan enfurecido, temblaba de miedo:—Un tal Braulio de Ciudad del Viento, ¡es una persona común!
René respiró

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