Capítulo 25
Marta tenía una venda blanca en la mano, manchada con sangre roja que se filtraba.
Alicia sabía que Marta había usado el acto de cortarse las venas para mantener a Bruno a su lado en el pasado.
Hasta que finalmente, para que ella dejara de autolesionarse, Bruno decidió divorciarse de Alicia.
Lo que Alicia no esperaba era que, después de cuatro años, Marta siguiera con su pobre actuación y Bruno todavía le creyera ciegamente.
Solo el verdadero amor podría ser tan ciego.
Alicia miró a Marta, que estaba tan orgullosa de sí misma, y, sin previo aviso, agarró su muñeca y apretó fuerte.
El dolor punzante brotó de la herida en la muñeca.
La mancha en la venda blanca crecía a un ritmo visible.
Marta gritó de dolor: —Alicia, ¡cómo te atreves a lastimarme! ¡Bruno no te lo perdonará!
Alicia sonrió siniestramente: —Ya que admites haberme lastimado, sería injusto si no devuelvo el golpe después de tu amable advertencia.
Ella apretó aún más fuerte.
Marta, siendo la mimada que e

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