Capítulo 117
Silvia se escondió detrás de Vicente, visiblemente aterrada por la situación.
Un guardia de seguridad lanzó un golpe con su bastón hacia Federico.
Aunque Federico frecuentaba el gimnasio y había aprendido algunas técnicas de autodefensa, sus habilidades palidecían en comparación con los guardias de Noches Doradas.
En un enfrentamiento uno a uno ya estaba en desventaja, mucho menos contra siete u ocho guardias.
Vicente, al ver esto, rápidamente jaló a Federico hacia atrás y con una patada lanzó a uno de los guardias contra la pared.
—¡Todos a él, ataquen juntos! —gritó Rubén.
Los otros guardias se lanzaron al ataque, pero Vicente, desarmado y ágil como un dragón, los derribó uno por uno. Los guardias no lograban ni siquiera tocarlo antes de caer al suelo, sus articulaciones destrozadas por Vicente, gritando de dolor.
Todo el proceso tomó menos de un minuto, y los ocho guardias yacían heridos.
Yago y Rubén estaban sombríos y en shock, mientras que Andrea y las damas de co

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