Capítulo 75

“¡Ah!”. Diane no esperaba que Severin la cargara tan repentinamente, así que exclamó sorprendida y se sonrojó. Mientras sentía la fuerza firme en el brazo de Severin y el débil aura de masculinidad proveniente de su cuerpo, los latidos de su corazón comenzaron a acelerarse. “¿Por qué me cargas? ¡Puedo caminar sola!”, dijo Diane en un tono suave y tímido. “¿Cómo vas a caminar si tienes el tobillo hinchado? ¡Déjame llevarte de regreso al coche!”. Severin miró hacia adelante y avanzó sin siquiera mirar a Diane. Diane sólo pudo morderse los labios y aceptarlo en silencio. Después de que Severin salió de la habitación, la tremenda presión que Lucy sentía desapareció en un instante y se desplomó en el suelo. Era una sensación aterradora, como si Severin fuera un gobernante despótico que no le dejara más remedio que someterse a él. Le resultaba difícil entender por qué se sentía así. Easton tragó saliva y caminó hacia Lucy. Se sintió un poco desconcertado porque esperaba que Severin le