Capítulo 122

Alexia no era de las mujeres que vivían en el pasado, pero este sueño realista le hizo recordar eventos que ocurrieron hace una eternidad. Sentada sobre la cama, se llevó la mano a la frente para secarse el sudor. Las cortinas aún estaban cerradas, por lo que en la habitación reinaba la oscuridad, así que se incorporó para abrirlas y luego ir a cambiarse de ropa. El brillante sol de mediodía se encontró con sus ojos y tuvo que entrecerrarlos por el dolor, pero se quedó de pie frente a la ventana alta, mirando el mundo frente a ella, que siguió funcionando mientras dormía profundamente. Después de un momento, suspiró y se dio vuelta para ir a lavarse. Abrió el grifo y salpicó agua fría por su cara, pero los escalofríos la recorrieron enseguida, a causa de la fiebre. Entonces se miró en el espejo y vio que su rostro estaba demacrado y pálido. Realmente parecía enferma. La violenta vibración de su teléfono hizo que volviera su atención al aparato y saliera del baño a contestar: "¡Hola!" A