Capítulo 9
Él de pronto habló, lo que hizo que apartara en ese instante mis pensamientos dispersos y sintiera un leve sobresalto en el corazón.
—No, para nada, ¿por qué lo preguntas?
Enfrentando su desconfianza, lo negué.
—Cuando estabas inconsciente, siempre llorabas desconsolada llamando a tu hermano.
Al oír esto, bajé con tristeza la mirada: —¿Eh? Yo no tengo hermano. Tal vez tuve una pesadilla.
Por suerte, Samuel no siguió indagando al respecto, y yo suspiré aliviada.
Llegada la medianoche, terminó la transfusión, y la anestesia fue desapareciendo poco a poco.
Un dolor punzante empezó a extenderse centímetro a centímetro por todo mi cuerpo.
No pude soportarlo, y además tenía grandes quemaduras en la espalda, así que solo podía quedarme en una sola posición y nada más. ¡Esto fue una tortura indescriptible!
Samuel me acompañó, consolándome con dulzura una y otra vez, besando mis labios. —Bianca, estoy aquí.
No me gustaban para nada sus besos. Cerré los ojos y le propuse: —Samuel, mejor súbete a

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda