Capítulo 63
—En realidad... Últimamente, cada vez que vuelvo a casa, siento que alguien me sigue.
Julia lo dijo mientras sujetaba a Lourdes con terror.
—¿Eh? Yo soy muy miedosa, no me asustes así.
Lourdes se despertó de golpe, con un sudor frío recorriéndole la espalda.
—Jajajaja... —Julia no pudo evitar reírse—. ¿De verdad te creíste eso? No existen los fantasmas.
Lo dijo mientras se levantaba para recoger sus cosas y, de paso, le dio una palmada en el hombro a Lourdes.
Pero justo en ese momento, las luces de la oficina se apagaron de golpe.
—¡Ah...!
—¡Ah...!
Ambas gritaron, sobresaltadas en medio de la oscuridad.
—Julia, fuiste tú quien apagó la luz, ¿verdad?
Lourdes bajó las escaleras todavía con el corazón en la boca.
—¿Y si lo fui, qué?
Ante la mirada asesina de Lourdes, Julia se encogió de hombros como si nada.
Mientras hablaban, llegaron frente a un edificio.
Al ver una vivienda aún más deteriorada que la suya, Lourdes se quedó sin palabras por un momento.
—¿Por qué te sorprendes tanto?
Jul

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