Capítulo 74
Después de todo, hace cuatro años este hombre había prometido dejar de fumar.
—Hum, eres un desconsiderado.
Roberto suspiró con frialdad: —Cuando te fuiste hace cuatro años, fue cuando me di cuenta de cuánto me importabas.
—Por eso, todos estos años, cada vez que pensaba en ti, no podía evitar encender un cigarro.
Lourdes, al oírlo, aunque sintió algo en el corazón, aun así se mantuvo firme.
—Que no puedas controlarte, ¿qué tiene que ver conmigo?
—Porque solo así parecía que podía olvidarte por un momento... Olvidar el dolor en mi pecho.
El hombre sonrió con amargura, en su voz se notaba el desgaste del tiempo.
Lourdes, al escucharlo, terminó riendo.
Al ver eso, Roberto arrugó la cara.
—¿Qué pasa? ¿Te parece gracioso?
—No. —Lourdes negó con la cabeza—. Antes no sabía nada de esto, solo pensaba que yo era la única víctima.
Su sonrisa era amarga, mientras se acercaba para quitarle el cigarro de las manos.
—Ya te lo había dicho antes: fumar es perjudicial para la salud.
Al ver sus movimie

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