Capítulo 48

El día después de Halloween, Silas decidió que tenía que haber algo mejor que todo ese desdecorar y decorar para una nueva festividad. Amelia, Emerson, muchas de las otras mujeres y, por supuesto, los niños informaron a todos que ahora que el Día de Todos los Santos había terminado, era hora de decorar para la Cosecha. La manada celebraría esa festividad como también lo hacen los humanos. Silas no pudo hacer nada más que sacudir la cabeza y ceder a las demandas de su compañero. Una vez que estuvo seguro de que ya no necesitaba su ayuda con las nuevas decoraciones, besó a Amelia y le dijo: “Te amo, pequeña, diviértete. Tengo trabajo que hacer. Dejaré a Jonathan y Kelp aquí contigo para que te protejan y te ayuden con lo que necesites”. Amelia le devolvió la sonrisa y le devolvió el beso con un gemido silencioso, lo que hizo que Silas sonriera aún más. Le dio una palmada en el pecho y luego le dio un empujón para que se dirigiera hacia la casa de la manada. Kelp se acercó a ella y le pre