Capítulo 59
Entrar al campamento y llegar hasta Lucifer no fue nada difícil. Se sintió aliviada de que los tres hombres que la espiaban no intentaran detenerla. Se quedaron atónitos al verla y sorprendidos por su exigencia de ver a su abuelo. No sabían cómo reaccionar y, cuando sus cerebros empezaron a procesar lo que había sucedido, Lucifer la tenía agarrada del brazo y estaba lista para transportarlos a otro lugar. Miró a los tres a los ojos y sonrió, despidiéndose con la mano.
Lucifer le sonreía y sonreía con sorna. Amelia se quedó mirándolo. Con su voz profunda y sexy que hacía que la mayoría de las mujeres cayeran a sus pies, le dijo: —Qué conveniente que entres a mi campamento pidiendo ver a Urano. ¿Dónde están tu compañero y sus guerreros? ¿Esperándonos para que sigamos adelante?
Ella no respondió y se quedó mirando a la nada. Amelia esperó a que Lucifer continuara llevándola con su abuelo. Quería terminar con esto. Él lo intentó una vez más, suavizando su voz: —Vamos, pequeña, dime dónde s

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