Capítulo 1092
Desde la espalda de Salvador, Sofía podía percibir su pánico.
Las lágrimas continuaban fluyendo.
—Me das un millón de dólares y yo te doy algo a cambio. Salvador, recuerda, ¡ya no nos debemos nada!
Al escuchar las palabras de Sofía, Salvador se detuvo por un momento.
Volvió la cabeza para mirarla y luego no preguntó qué era el regalo.
La relación entre ambos terminó en esa instancia, y ambos habían agotado sus sentimientos.
Rápidamente, abandonó la azotea.
Sofía lo observaba fijamente.
Al ver que Salvador no disminuía su paso, sino que caminaba más rápido, su última esperanza se desvaneció por completo.
Ahora estaba claro que nunca más sería posible algo entre ella y Salvador.
Mirando hacia atrás al fondo del edificio, que parecía un abismo sin fondo, soltó una risa fría: —Todos piensan que he fracasado en esta vida, entonces les mostraré lo bien que viviré. ¡Que todos ustedes vean!
—
En la calle.
Ana y Alejandro conversaban mientras esperaban a Salvador.
Después de unos diez minutos,

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