Capítulo 1099
Ella agarró bruscamente el brazo de Ignacio.
Con fuerza.
Ignacio la miró hacia atrás, preguntándole: —¿Puedes aguantar?
Unas palabras simples, como si quisieran confirmar aquello que Ana había estado reprimiendo en el fondo de su corazón desde que salió del elevador. Esa verdad que no quería adivinar ni admitir.
Sus ojos se enrojecieron mientras miraba a Ignacio.
No podía pronunciar ni una palabra.
No sabía cómo preguntar.
La morgue estaba fría.
Tan fría que no podía evitar temblar.
Ignacio la observó con mucha preocupación: —¿Quieres no verlo? Puedo contarte afuera lo que sé ahora .
Había visto a Ana sonriendo con encanto, también la había visto seria y serena, incluso confiada cuando mostraba su lado profesional. Pero nunca había visto a esta Ana, pálida y con cierto miedo en el rostro.
Sintió un impulso incontrolable.
No debería dejarla enfrentar todo esto.
Todo esto era demasiado cruel para ella.
—Quiero verlo. Tal vez no sea la abuela Ruiz —respondió Ana

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