Capítulo 1278
Este es su as bajo la manga.
Para Gonzalo, aquel tiempo en que estuvo herido en el hospital, cuando Verónica agotó por completo sus ahorros y acumuló deudas en sus tarjetas de crédito para ayudarlo a superar la adversidad, en lo más profundo de su corazón, ella no era solo su novia, sino además su salvadora, incluso más cercana que cualquier otro familiar.
Ella sabía muy bien que, al mencionar el pasado, él tal vez cedería.
Y, efectivamente, tras escuchar unas cuantas palabras suyas y una breve pausa, Gonzalo respondió: —Está bien, haré que alguien reserve los boletos de avión.
Después de obtener la confirmación de Gonzalo, Verónica sonrió satisfecha: —Sabía que eres la mejor persona para mí en este mundo. ¡Gonzalo, realmente te amo tanto! Prométeme, pase lo que pase, nunca me dejarás, nunca me abandonarás, ¿está bien?
Sus súplicas reflejaban la completa desesperación de Verónica en ese momento.
Antes, Gonzalo se esforzaba por complacerla.
Ahora, ella estaba haciendo todo

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