Capítulo 1293
—Estoy feliz de volver a ver a la abuela.— Ana al instante se acercó y se sentó.
Las fresas en el plato frente a ella desprendían un aroma frutal tentador; acababan de ser recolectadas y estaban muy frescas.
Ella tomó una y comentó: —¡Qué deliciosas!
—Me alegra que te gusten. Come todas las que quieras; si no son suficientes, le pediré a Marina que recoja más para tí— dijo la señora Marta con una expresión bastante amorosa.
Al oír esto, Marina respondió entusiasta: —Voy ahora mismo.
—No hay necesidad; comí mucho al mediodía y ahora no puedo comer tantas fresas,— explicó Ana.
—Está bien, iré a recoger más cuando tengas ganas de comerlas,— respondió respetuosa Marina. Marina no había tenido hijos, y su esposo había fallecido de una enfermedad cuando era joven. Desde entonces, había estado cuidando con esmero a la señora Marta en la casa García junto con Antonio. Ahora trataba a Ana como si fuera su propia hija.
Además, tanto ella como Ana compartían el mismo deseo: que

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda