Capítulo 1643
—Está bien, entrégame ese objeto maligno. —Ana se tranquilizó un poco.
...
Unos días más tarde.
Fuera del edificio del Grupo Financiero García.
Al otro lado de la calle.
Susana observaba el edificio frente a ella.
Con una sonrisa enigmática en sus labios.
Sus ojos brillaban con la luz fría de los recuerdos.
—Hace mucho que no nos vemos, ustedes todavía lucen tan espléndidos, me dan cierta envidia. Pero ¿cuánto tiempo más podrán seguir sonriendo? Los tiempos han cambiado, ¿en realidad creen que pueden seguir sonriendo por mucho tiempo?
Un mal aire se había condensado en su pecho, revoloteando una y otra vez.
Ese mal aire había estado girando durante mucho tiempo.
Mientras tanto, Eduardo apareció en la entrada del edificio del Grupo Financiero García.
Miró hacia el otro lado de la calle.
Acababa de notar a esa mujer, que había estado mirando su edificio por diez minutos.
Aunque no podía ver su rostro con claridad, había algo inquietante en su presencia.
Las personas normales que pasaban

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