Capítulo 1731
La ventana del auto estaba medio abierta.
Una brisa vespertina se filtraba a través de ella.
Después de unos diez minutos, Yolanda se calmó y le preguntó: —¿Lo sabes todo, verdad?
Fue precisamente porque lo sabía que había ordenado que detuvieran la remodelación y por eso se había vuelto tan frío con ella últimamente.
Tampoco quería comer lo que ella cocinaba.
Porque la despreciaba por sentirse sucia.
Sí, ahora ella también se sentía sucia y como si su mente estuviera dañada.
—Lo supe desde el día que Adolfo fue a tu casa. —Dijo Javier con un tono de voz grave.
Después de escuchar estas palabras, el rostro de Yolanda se volvió aún más pálido.
Esa misma noche, ella y Adolfo se habían ido para su casa, sin pensar en las consecuencias. Luego, al calmarse con el tiempo, comenzó a sentir que debía disculparse con Javier.
Frente a Javier, se sentía muy avergonzada: —Lo siento mucho, traicioné nuestra relación y te traicioné a ti.
En esta relación, Javier había dado más que ella.
Después de t

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