Capítulo 1788
Profundidad de la noche.
Un sonido de teléfono despertó a Ana y Alejandro, quienes dormían profundamente.
Al contestar, Ana tuvo un breve instante de confusión, aún adormecida.
—¿¿Quien llama esta hora? —Preguntó Alejandro.
Ambos sentían ahora una sensación de somnolencia.
Ana miró la pantalla del celular y, al contestar, le dijo a Alejandro: —Es Manuel.
—¿Hablo con la señorita Ana? Soy de la policía, lo que sucede es que ha ocurrido un accidente de tráfico...
Mientras escuchaba al policía, Ana se puso super seria: —¿Quiere decir usted que mi hermano y otra señora están en peligro de muerte?
Su voz temblaba.
Al tratarse de sus seres queridos más importantes, no pudo mantener la calma.
Alejandro, con una expresión grave, ya se había levantado asustado para coger la ropa de ambos y luego llamó a Antonio para que viniera.
Después de organizarlo todo en casa, Ana terminó la llamada.
Bajo la luz, el rostro de Ana se veía pálido.
—Vamos ahora al hospital, al Hospital del Sol Naciente. Voy a

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