Capítulo 1808
Ambos quedaron impactados al escuchar las palabras de Jaime.
Al ver que Bernardo no respondía, Jaime se impacientó demasiado: —Voy a contar solo hasta tres, si no aceptas y lames mis zapatos, ¡seguirás pasando frío! Esta es tu única oportunidad, ¡mejor que no te arrepientas!
Él simplemente no podía soportar ver que Bernardo, a pesar de su miseria, todavía mantuviera intacto su orgullo.
Josefina se calmó poco a poco.
No podía soportar por nada del mundo la actitud tan despreciable de Jaime frente a ella.
Y lo que es más para colmo de males, ¡este hombre tenía mal aliento!
¡Se podía oler el hedor de su apestosa boca desde dos pasos de distancia!
¡Qué asco de tipo!
Le lanzó una patada.
Y aquella patada….
Cayó directo sobre Jaime.
Jaime retrocedió unos cuantos pasos y luego cayó al suelo.
Al ver esto, Bernardo cambió su expresión de nuevo.
Jaime, adolorido, maldijo sin piedad: —¡Bernardo, estás buscando la muerte, no es así! ¡Cómo te atreviste a golpearme! ¡Ahh, me duele tanto!
Los sirvien

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda