Capítulo 1815
El pastel aún desprendía su vapor.
Ella lo miró directamente a los ojos de Bernardo.
Cuando Bernardo miraba inexpresivo a alguien, el frío en sus ojos podía inducir enseguida un miedo extremo sin hacer ruido.
Sin embargo, al ver a Josefina, el frío en sus ojos desapareció al momento.
—Te traje unos deliciosos pasteles, recién salidos del horno, son de carne fresca, no sé si te gustaran, los hizo Antonio, y su comida siempre es deliciosa. —Dijo Josefina mientras colocaba cuidadosa los pasteles en la mesa.
Luego, miró curiosamente alrededor.
Las cosas que había comprado, al igual que las mantas, ¿dónde estaban?
¿Bernardo las había escondido?
Bernardo se sentó, observando los pasteles que aún desprendían vapor, parecía estar un poco absorto con todo esto.
—Cómelos ya, si no se van a enfriar y no sabrán igual. —Pensó Josefina, creyendo que Bernardo se sentía avergonzado de comer.
Bernardo aceptó: —Está bien.
Aunque Bernardo casi no había comido antes, comió bastante despacio.
Como si quisi

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