Capítulo 230
Esperando y esperando.
Esperó hasta que Ana terminó de revisar su teléfono.
Cuando Ana vio la pregunta de Pablo, respondió: "Sí, fui yo quien lo envió, me casé".
Al ver la respuesta de Ana, Pablo sintió que el cielo se oscurecía de repente.
Todo su ser estaba en estado de shock, como si hubiera sido golpeado por un rayo.
—¿No será que ese patán volvió a pedirte perdón y tú aceptaste?—Pablo se negaba a rendirse.
—No es él, es otra persona que me presentó un familiar. Ambos estamos muy satisfechos. Tranquilo, esta vez la elección fue bien meditada.—dijo Ana.
Pablo, con los ojos enrojecidos, solo pudo responder:—Te deseo felicidad.
Cuando Don Fernando y Caio regresaron a casa, lo primero que vieron fue a Pablo, con los ojos rojos, al borde de las lágrimas.
Los libros que estaban esparcidos por la cama ahora estaban cuidadosamente ordenados a un lado.
Ambos se miraron.
Era su primer desamor, y Pablo no parecía estar tan mal.
—¿Qué te pasa?—Don Fernando preguntó, aunque ya lo sabía.
Pablo m

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