Capítulo 249
Cuando llegaron frente a la puerta de la habitación del niño, Ana cambió de idea:—Don Hugo, mejor vayamos a ver a la abuela Alicia primero.
Don Hugo se quedó perplejo por un momento.—Está bien.
Subieron un piso más.
Cuando estaban a punto de entrar, salió una sirvienta desde adentro y saludó respetuosamente a Don Hugo.
—Acabo de darle la medicina a la señora, tal como lo indicó el médico, pero aún se siente muy mal. Ha estado quejándose todo el tiempo de dolor de cabeza y de piernas.—dijo la sirvienta con el rostro lleno de preocupación.
Don Hugo asintió.—Puedes seguir con tus tareas.
Al abrir la puerta y entrar, Don Hugo se volvió hacia Ana y le dijo:—Últimamente tu abuela Alicia ha estado así, siempre quejándose de dolor de cabeza y de piernas.
—¿No han surtido efecto los medicamentos que recetó el médico?—preguntó Ana.
—Sólo logran aliviar un poco el dolor de cabeza.—suspiró Don Hugo, claramente resignado.
Al entrar, vieron a una anciana de semblante pálido, con gran parte de su cab

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