Capítulo 32
—Confirmen si alguien está intentando incriminar a mi madre y denle la justicia que realmente merece.
Ana miró a Laura y Carmen con una mirada profunda y severa.
Necesitaba una enorme fuerza de voluntad para controlarse.
Apenas hace un momento, al enfrentar a Carmen, estuvo a punto de perder el control y matarla.
Pero al pensar en su familia y en las abuelas Ruiz y García, entendió que ir a la cárcel por Laura y Carmen haría que su regreso a la vida careciera de sentido.
—¡Tú! —Laura estaba sorprendida.
¿Era esta la misma Anita que solía intentar complacerla en todo?
Carmen estaba a punto de explotar de odio hacia Ana.
No podía permitir que llamaran a la policía.
De repente, se le ocurrió una idea y, con lágrimas en los ojos, miró a Elena. —Ya hemos admitido nuestro error, tía Martínez. Dejemos esto aquí, ¿de acuerdo? Si esto se hace grande, no beneficiará a nadie, ¿verdad? Tía Martínez, por favor, habla con Ana.
El corazón de Elena se sintió herido al ser llamada "tía Martínez".
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