Capítulo 405
Ella dijo suavemente: —Señor García, lo siento, hoy estoy en mi período.
El móvil quedó en silencio.
Si no fuera porque Ana estaba segura de que la llamada seguía activa, podría haber pensado que se había cortado.
Ella curvó sus labios en una sonrisa triunfante, —Encárgate tú mismo.
—Nos vemos a las nueve de la noche.
Después de un rato, desde el móvil surgieron las palabras de Alejandro, ahora con un tono aún más frío.
Cuando la llamada terminó, Ana se sumergió de nuevo en su trabajo.
Esperaba que al llegar la noche, cuando Alejandro la llevara a la cama, ella supiera que no podría escapar.
Alejandro la besó directamente, disipando sus dudas.
Cansada y medio dormida, Ana pensó que mañana debía visitar a la abuela García, ya que pasaría los siguientes dos días en Casa García.
—
Casa González.
En una habitación oscura, dos personas hicieron el amor apasionadamente en el suelo durante mucho tiempo.
Esa noche, Diego y Gustavo estaban juntos; ambos se extrañaban tanto que simplemente no pu

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