Capítulo 667
Doña García, evidentemente, ha perdido la paciencia.
A estas alturas, aún le gusta evocar el pasado.
Doña García emitió un resoplido frío: —Sí, necesito cuidarme mucho para proteger a Alejandro lo mejor posible.
Ha vivido una vida sin arrepentimientos, excepto en la educación de su hijo.
¡Permitir que Narciso siguiera un mal camino después de crecer!
Al pensar en todas las cosas que Narciso ha hecho durante más de veinte años, realmente se siente como si alguien le presionara un peso en el pecho, sofocándola.
Narciso ya no pudo soportarlo más: —Mamá, acabo de regresar al país y tengo muchos asuntos que atender, me voy primero. Si surge algo, asegúrate de que Antonio me llame, vendré en cualquier momento.
—Vete. —dijo Doña García con el rostro sombrío, sin hacer esfuerzos por detenerlo.
Ahora, tener un hijo o no, para ella es igual.
Cuando Narciso giró para abrir la puerta y salir, su expresión era terriblemente sombría.
En el instante en que la puerta se abrió, Doña García vio a Kenia

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda