Capítulo 798
—¿Ignacio?
Ana se sintió algo sorprendida al escuchar ese nombre.
Ignacio mostró una expresión de alegría al reconocerla: —¿Ana?
Fue una grata sorpresa encontrarse con ella en el museo de la ciudad Altoviento.
Ana sonrió y preguntó, curiosa: —¿Has venido a ciudad Altoviento por trabajo?
—Acabo de llegar esta mañana y, al tener algo de tiempo libre esta tarde, decidí visitar el museo. ¿Y tú?—, replicó Ignacio con interés.
—Llegué ayer y hoy al mediodía decidí venir al museo.
Continuaron la conversación mientras se dirigían hacia la salida del museo.
Ignacio consultó su reloj y sugirió: —¿Qué te parece si vamos a cenar juntos?
Ana asintió y respondió: —Me encantaría invitarte.
Recordaba que Ignacio la había ayudado durante su secuestro y nunca había tenido la oportunidad de agradecerle debidamente; qué coincidencia encontrarse justo hoy.
Ignacio sonrió y comentó: —Perfecto, conozco bien ciudad Altoviento; suelo visitarla con frecuencia.
Solo que antes, cuando venía a Ciudad Altoviento, s

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