Capítulo 79
Alejandro seguía vestido con el mismo traje que llevaba fuera del restaurante Zarzuela de Mariscos.
Bajo la luz del móvil de Anita, su perfil se destacaba claramente, y su naturaleza fría y distante le daba un aire misterioso.
Ella fijó la vista en su rostro por un par de segundos antes de cambiarse los zapatos y dirigirse hacia el sofá.
Como no podía ver bien el camino y la linterna del móvil alumbraba solo un área limitada, Anita no vio algo en el suelo y tropezó, cayendo hacia atrás.
—¡Ah!
Alejandro, que estaba justo detrás, reaccionó instintivamente. Dio un gran paso y extendió el brazo, atrapando a Anita antes de que cayera al suelo.
Quedaron muy cerca el uno del otro, y el rostro de Anita casi tocaba el pecho de Alejandro.
Incluso a través de la camisa y el traje, ella podía sentir los músculos firmes y escuchar los fuertes latidos de su corazón.
Anita se quedó en blanco por un momento.
Alejandro también se quedó inmóvil, con la espalda y los brazos rígidos. Su brazo tocaba accid

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