Capítulo 897
—Señor Caio. —Ana se levantó para saludar, luego miró a Alejandro: —¿Ustedes acaban de llegar a cenar?
Alejandro tenía una expresión algo fría, claramente su estado de ánimo no era el mejor.
Ana pensó que Alejandro iba a ignorar su pregunta, pero él finalmente habló: —Sí, ¿ustedes vienen del hospital?
—Sí, estamos casi…
Ana no terminó su frase cuando Alejandro la interrumpió: —Perfecto, vamos juntos.
Ignacio sonrió amablemente y miró a Alejandro: —Voy a pedir algunos platos más.
Ana no tuvo más opción que sentarse de nuevo.
Caio, que había pensado en pasar un momento a solas con Alejandro para hablar de algunos asuntos, al ver la situación, no pudo evitar sentirse algo impotente.
Aunque no era muy observador, Caio se dio cuenta de que había algo extraño entre Alejandro y Ana.
No, además había alguien más: Ignacio.
La relación entre los tres realmente resultaba rara.
Caio pensó para sí mismo que su suerte no estaba siendo buena ese día, y que si hubiera sabido cómo

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