Capítulo 922
—Menos mal.
Ella intentó moverse un poco.
Ya tenía fuerzas en el cuerpo.
Pero como todavía le estaban poniendo suero, no podía moverse libremente.
Alejandro echó un vistazo a la botella del suero: —En unos veinte minutos más o menos ya habremos terminado con la infusión.
Ana asintió, luego pensó en algo y, rápidamente, dijo: —Carlos no actuó por impulso al intentar secuestrarme. Debe haber alguien ayudándole, porque de otro modo no habría actuado con tanta indiferencia.
—La policía ya ha detenido a Carlos. Durante este tiempo, han estado investigando los crímenes de tráfico de José y Carmen, y sumando el intento de hacerte daño, él pasará el resto de su vida en prisión. En cuanto a quién lo ayudó, ya le pedí a Eduardo que lo investigue. —Alejandro le dijo con voz suave.
Al escuchar las palabras reconfortantes de Alejandro, el corazón de Ana, que aún estaba preocupado, comenzó a relajarse: —Gracias.
—Él atacó a mi esposa. No tenía intención de dejarlo ir. No hace falta q

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