Capítulo 985
En el momento en que se conectó la llamada, Ana habló directamente.
La voz fría de Alejandro resonó desde el teléfono: —Ya estoy llegando.
—¿Tan rápido?— Ana expresó su sorpresa con un tono de incredulidad.
Alejandro asintió.
Su voz era baja, y al escucharla por el teléfono, parecía que Alejandro no estaba de buen humor.
Ana esbozó una ligera sonrisa.
Él y Patricia habían estado juntos desde la tarde, compartiendo las cosas tristes de los lugares que habían visitado.
¿Le incomodaba que ella le pidiera venir tan tarde?
Ana también estaba visiblemente molesta.
Colgó el teléfono y luego se volvió hacia Ignacio.
—Mañana por la mañana, me gustaría que alguien de parte del Señor Ignacio viniera a recogerme al hotel, a las siete estaría perfecto.
Ignacio la miró con profundidad y asintió: —Está bien.
Después, echó un vistazo a su reloj de pulsera y añadió, —Ya es más de la una, ¿por qué no se quedan a descansar aquí esta noche, tú y el Presidente Alejandro?
Era evidente que la conversación t

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