Capítulo 65

Sonia me lanzó una mirada severa, y de inmediato me sentí perdido. Ella era mayor y no podía soportar emociones fuertes. —No estoy tranquila dejando al niño con ella. —¿Qué te preocupa? Es su madre, ¿acaso haría daño al niño? Sonia le dio unas palmaditas en la mano a Andrea y se giró para ordenarme: —Será mejor que abandones esa idea. Lo mejor para un niño es estar con su madre. Si Sonia no se controlaba, llegaría a sospechar que quería entregar también a Sergio a Andrea. Media hora después, observaba a Andrea llorando, con los ojos completamente enrojecidos, y me burlé fríamente. —Eres realmente impresionante. No pude evitar aplaudir con sarcasmo: —Sabes cómo venir a buscar a la abuela. Andrea parecía no escuchar mi sarcasmo. De repente, se volvió hacia mí con una mirada llena de súplica: —Gabriel, no puedo estar sin Diego. Tú ya tienes a Sergio. Déjame a Diego, ¿de acuerdo? Andrea en ese estado se asemejaba a un perro callejero que mendigaba por las calles, patétic