Capítulo 90

Natalia miró a Sonia con dificultad; había visto a Diego crecer. Normalmente es bastante caprichoso, pero también es encantador. Probablemente reaccionó impulsivamente porque escuchó que su padre se casaría con María y cometió un error. —Gabriel, ese cuartito oscuro no se ha usado en muchos años, está en mal estado, podría ser peligroso... —¿Qué? ¿La casa se va a caer? —La casa no se va a caer. Natalia rápidamente negó con la cabeza; Gabriel hoy parecía haber tomado la medicina equivocada, no parecía contento con nadie. —Entonces, ¿por qué no te apuras? Diego no sabía qué era el cuartito oscuro, pero intuía que no era un lugar agradable. —Mamá, no quiero ir. Miró a Andrea, levantando las manos, esperando que ella lo abrazara. —Diego. Andrea se cubrió la boca con una mano, su mirada llena de dolor al ver a Diego en manos de Gabriel. —Gabriel, si tienes algo contra mí, dímelo a mí, no te desquites con Diego. —Si un hijo no se educa, la culpa es del padre. No podía permitir que Di