Capítulo 62
Al final, Lucía, a regañadientes, le transfirió el dinero a Federico. Yo estaba por darme la vuelta y marcharme cuando ella me llamó.
—Patricia.
Me detuve. Lucía se secó las lágrimas y, con renovada agresividad, se me acercó: —¿Viniste solo para reírte de mí?
La observé, sin entender.
Fuera cual fuera su situación o dificultad, cada vez que me veía, parecía llenarse de rabia.
Levanté el maletín del portátil: —No tengo tanto tiempo libre. Este camino es el más corto para volver a la universidad.
Lucía vaciló un instante, pero enseguida volvió a erguirse con una sonrisa fría: —Debes estar feliz. Yo quería que te quedaras sin trabajo, y resulta que Pablo sí estuvo dispuesto a cubrirte las espaldas.
Alcé las cejas: —No es culpa mía ni de Pablo. Si quieres culpar a alguien, mírate a ti misma.
Escupió, con los ojos encendidos: —¿No será culpa tuya, maldita? No soportas verme bien.
—Interprétalo como quieras. —Respondí, dándole la espalda.
Ya tenía suficientes problemas en el trabajo; últimam

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda