Capítulo 74 Engañada
La mirada de Ángel parecía tener un significado oculto, pero en ese momento, Silvia se sentía mareada y con el ánimo decaído, sin ganas de profundizar en ello.
Él no quería despedir a Marta, y ella no tenía nada que decir al respecto.
Como mucho, podría insinuárselo a Eduardo para que él recordara a su hermana que no se involucrara demasiado emocionalmente con Ángel.
Sin embargo, Ángel comentó despreocupadamente: —Eres la jefa de la oficina de secretaría, ellas están bajo tu supervisión. Si crees que no son adecuadas y quieres que se vayan, hazlo. No necesitas preguntarme por cosas tan pequeñas.
¿Significaba esto que estaba de acuerdo con despedir a Marta?
Ángel siempre era así, imposible de descifrar sus verdaderos pensamientos.
Marta no estaba equivocada: alguien como él despertaba un fuerte deseo de conquista, de ver cómo sería cuando entregara su corazón sinceramente.
Sin embargo, Silvia lo había intentado y fracasó estrepitosamente. Ahora ya no se atrevía a buscar su amor.
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