Capítulo 385
Después de hablar, Eleanor lanzó una mirada sin emoción a Robert, que yacía no muy lejos. Él yacía allí en silencio, con el rostro sereno, casi como si hubiera hecho las paces con el mundo.
Si Eleanor no hubiera sabido que su corazón seguía latiendo, tal vez hubiera creído que ya se había ido. La idea le oprimió el pecho y sus dedos se cerraron inconscientemente en puños. Una luz de determinación brilló en sus ojos.
Ella haría que Robert se sintiera mejor, sin importar el costo.
—Cuídalo bien. Volveré enseguida —le ordenó Eleanor a Jacob, con voz tranquila pero autoritaria. Había una firmeza en su tono que inquietó a Jacob.
Jacob asintió, aunque su corazón estaba agitado. Un pensamiento repentino y terrible cruzó por su mente.
—Mi señora, no irás... No irás a ver a Samuel, ¿verdad? —balbuceó, con la voz teñida de alarma—. ¡No puedes ir sola! Samuel es astuto y peligroso. Si vas sola, me temo...
La mirada de Eleanor se endureció. —Debo hacerlo. —Su voz era firme y no dejaba lugar a disc

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