Capítulo 440

El lugar donde se encontraron era el punto más cercano al océano en la bahía de Chicago. El suelo debajo de ellos era un lecho irregular de rocas, amontonadas por las incesantes mareas. Con solo unos pocos pasos hacia adelante, uno se encontraría frente al vasto y agitado paisaje marino: una extensión interminable de olas tumultuosas que se estrellaban contra la costa rocosa con una fuerza implacable, como si pudieran consumir todo a su paso. Eleanor se encontraba de pie junto al precipicio, atada con gruesas cadenas de hierro. El frío metal le mordía las muñecas mientras la brisa salada le azotaba el pelo. Permanecía extrañamente inmóvil, aunque la situación no era nada tranquila. A unos metros de distancia, Samuel gritó una orden a un grupo de hombres vestidos de negro. A su orden, se dividieron en dos facciones: una corrió hacia Eleanor, la otra avanzó hacia el yate anclado no lejos de la orilla. La tensión aumentó y lo que estaba en juego era evidente. Robert se disponía a arrojar