Capítulo 445

De repente, la mente de Robert estaba agitada. Bajó la mirada y cerró los ojos en silencio. Delante, Jacob agarraba el volante y conducía en silencio. Detrás de ellos, la bahía del Mar del Oeste rugía con furia. Olas gigantescas, como criaturas monstruosas, devoraban todo lo que encontraban a su paso. El mismo lugar donde Robert y Jacob habían estado hace unos momentos ahora estaba sumergido bajo la implacable marea. Incluso los yates atracados en la costa no fueron una excepción: arrastrados y aplastados bajo la fuerza de la ira del océano. ......... Cuando amaneció, una tenue luz dorada se esparció por la orilla rocosa. Los ojos de Eleanor se abrieron de golpe y sus párpados se sintieron insoportablemente pesados. Sobre ella, el cielo estaba pintado de grises apagados, surcado por los suaves matices de la luz del amanecer. Un dolor agudo recorrió su cuerpo y se extendió a todas sus terminaciones nerviosas. Hizo una mueca y frunció el ceño. Le dolía todo el cuerpo. Lentamente, se inco