Capítulo 40
Las palabras que estaban a punto de salir de la boca de Lucía se le quedaron atascadas; mostró esa sonrisa falsa que solo usaba en ocasiones sociales. —El hospital es un lugar público. Si ustedes pueden venir, naturalmente yo también puedo hacerlo.
Tomás arrugó la frente, como si no estuviera satisfecho con su respuesta.
En cambio, Norma pareció recordar algo y le preguntó a Lucía: —Entonces, ¿tu familiar sí estaba realmente enfermo?
A Lucía le resultó bastante graciosa aquella pregunta.
¿Acaso creía que la última vez había mentido diciendo que un familiar estaba enfermo? ¿Pensaba que los había seguido a propósito?
¿Quién inventaría sin motivo una mentira sobre un pariente enfermo?
Seguramente Tomás también pensaba lo mismo de ella, ¿no?
Pero Lucía ya no se preocupaba por lo que él pensara.
Solo quería irse cuanto antes, así que, sin dudarlo, pasó junto a los dos y siguió adelante.
Hugo todavía la esperaba en el mismo sitio y, al verla regresar, esbozó una sonrisa. —Me preguntaba por q

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