Capítulo 1145

Alicia levantó la cabeza y cruzó la mirada con Roberto. Él bajó la cabeza y la besó, al tiempo que extendía la mampara del auto, aislando la vista entre los asientos delantero y trasero. Al principio, Alicia abrió mucho los ojos, pero al final no apartó la mirada. Afuera, el inicio del invierno traía frío, pero dentro del auto se sentía un calor acogedor. Ambos se detuvieron, jadeando, y Alicia quedó recostada sobre su pecho, escuchando el fuerte latido de su corazón junto a su oído. La voz de Roberto sonó ronca: —Ahora mismo, esto es lo que más deseo. Alicia le dio un suave golpe en la cintura. —Todavía hay más gente en el auto. Aunque la mampara los separaba, el sonido seguía presente, y todo parecía aún más intencionado así. Roberto apoyó su frente contra la de ella. —¿Esta noche vienes a mi casa? Alicia seguía recostada en su pecho, con la mano en su cintura, notando el ardor de su piel bajo la palma. Roberto le besó la oreja y susurró: —Hace mucho que no tenemos una cita a solas.