Capítulo 1238
Ella miró a Yago. —Abogado Yago, viene usted a pedir el dinero a la señorita Belén, ¿verdad?
—Sí, no hace falta andarse con rodeos. Aquí está el contrato. ¿Dónde está el dinero?
Yago ya había gestionado este tipo de asuntos muchas veces antes, así que estaba muy familiarizado con el proceso.
Gabriela se sentó su lado. —Abogado Yago, nuestra empresa devolverá el dinero conforme a lo estipulado, no se preocupe. Yo lo registraré aquí, y el dinero llegará a su debido tiempo.
—¿A su debido tiempo? ¿A qué plazo se refiere?
Yago clavó la mirada en Gabriela. —Hoy mismo ese dinero tiene que pasar por el proceso. He traído a profesionales en finanzas que supervisarán que efectivamente realicen la transferencia.
La expresión de Gabriela cambió de inmediato. —Abogado Yago, ya dijimos que vamos a devolver el dinero, pero hay un procedimiento que debemos seguir.
—¿De verdad cree que soy tan fácil de engañar? Si salgo por esa puerta, el comunicado que emitieron hoy perderá toda credibilidad en cuesti

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