Capítulo 137
Roberto estaba de pie en el estudio oscuro, su silueta se fundía con la penumbra.
Sabía lo que Alicia había pasado, y la chispa de ira en su corazón se encendió instantáneamente.
Alguien se había atrevido a acercarse a la persona que él cuidaba con intenciones nauseabundas.
El hombre de mediana edad finalmente recordó y se apresuró a suplicar: —Solo dije algo incorrecto, me disculpo, no fue intencional.
¿Quién habría pensado que esos dos jóvenes tendrían tal respaldo?
Por cómo se movían, definitivamente no eran gente común.
El reloj que llevaba el joven ya no estaba en venta; ni siquiera con dinero se podía comprar.
El hombre de mediana edad lamentó profundamente; si lo hubiera sabido, no habría salido esa noche.
Roberto se levantó, una sonrisa desdeñosa en sus labios: —Si las disculpas sirvieran, ¿para qué necesitaríamos policías?
—¿Y si me disculpo personalmente con ella?
—Con tu repugnante apariencia, no mereces estar frente a ella. Solo tienes una opción: entrega

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