Capítulo 1597
Alicia, al escuchar aquellas palabras de Aurora, casi se atragantó.
Con expresión incómoda, se volvió y, efectivamente, vio a aquel detestable Roberto de pie en la puerta.
El aire volvió a impregnarse de incomodidad.
Roberto empujó la puerta y entró, con voz grave: —Parece que estaban hablando de mí.
Alicia se levantó y sonrió con torpeza. —Aurora, decir algo sorprendente es normal. Señor Roberto, no se lo habrá tomado en serio, ¿verdad?
Roberto ignoró por completo a Alicia y se acercó a Aurora. —¿Por qué preguntas eso?
—Porque quiero que estés con mi madre.
Alicia, tan incómoda que casi se enterraba con los dedos de los pies, trató de suavizar. —Cariño, las cosas de los adultos no son tan simples. No puedes decir eso, me harías quedar incómoda con el señor Roberto, y eso no es nada educado.
Roberto respondió con calma: —Yo no me siento incómodo.
Alicia: —...
Claro, con lo dura que tienes la piel, ¿cómo ibas a sentirte incómodo?
Alicia prosiguió: —Cielo, cuando dentro de unos días ya n

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